Energía del subsuelo urbano y economía circular

Madrid Subterra celebra su IV Congreso Internacional

Madrid Subterra se ha marcado como objetivo que el potencial de la energía residual del subsuelo urbano sea tenido en cuenta en la planificación y desarrollo de futuras iniciativas urbanísticas. La asociación público-privada Madrid Subterra (en la que participa desde su fundación la Comunidad de Madrid) ha reunido, en su IV Congreso Internacional, proyectos y casos de éxito que demuestran que la tecnología para el aprovechamiento del potencial energético del subsuelo urbano está madura.

La compañía Indra ha presentado un proyecto piloto desarrollado en las líneas 5 y 7 de Metro de Madrid con el que ha obtenido un mapa térmico de esa parte de la red ferroviaria utilizando la fibra óptica instalada en los túneles. Por su parte, Metro ha presentado su sistema de recuperación de la energía de frenado de trenes mediante celdas reversibles, que permite redirigir la energía sobrante en la frenada a servicios auxiliares, como iluminación, escaleras mecánicas, ascensores y ventilación, entre otros. Gracias a su Plan de Ahorro Energético, Metro de Madrid -entidad que preside Madrid Subterra- ha logrado reducir su consumo de 750 GWh en 2011 a 563 GWh anuales en 2018.

En el IV Congreso de Madrid Subterra también se han presentado buenas prácticas tanto en nueva edificación en Mónaco en un edificio que reúne 150 viviendas, una guardería y un colegio. La termoactivación de los pilotes y cimentación que sostienen el edificio le proporcionan energía geotérmica y cubren parte de sus necesidades energéticas. En París, el proyecto Beaubourg, promovido por Paris Habitat, ha conseguido reducir a menos de la mitad las necesidades energéticas de un céntrico edificio de 1930, cuya rehabilitación aprovecha el potencial energético de una cercana estación de Metro, mediante la instalación de una bomba de calor.

La corporación Tecnalia, precisamente, ha insistido en la utilidad y madurez de la tecnología de la bomba de calor, que aplicándola al aprovechamiento de la aenergía (parte de la energía que se basa en el calor renovable ambiental) incrementaría radicalmente el porcentaje de energía final renovable que se consume, con un coste mínimo y casi nulo impacto ambiental.