Este es el caso de algunos fabricantes de dispositivos electrónicos, móviles, tabletas, reproductores de música, etc, que animan a sus clientes a que entreguen sus aparatos usados, estén estropeados o no, para reutilizarlos o reciclarlos. Si los aparatos se pueden reparar, los desmontarán, comprobarán el funcionamiento de cada componente y cambiarán las piezas necesarias para volverlos a poner a la venta como aparatos reacondicionados. Estos productos contarán con un certificado del fabricante y con una garantía de un año. Si están inservibles, los desmontarán y reciclarán todos los elementos, algunos de los cuales tienen gran valor, como es el caso de los metales que contienen.
El cliente con la entrega se puede beneficiar de descuentos en sus próximas compras y el fabricante, que es el que mejor conoce sus productos y cómo han sido fabricados, puede reciclar elementos muy valiosos sin necesidad de comprar nuevas materias primas, algunas de las cuales son escasas, y con un consumo menor de energía.
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